Siempre hemos oído frases genéricas o estereotipadas, que hemos escuchado en boca de muchos amigos y no siempre significan lo que damos por entendido. Hoy vamos a ver algunas de estas frases e intentaremos darle una explicación sencilla, sin muchas especificaciones, para que podamos sacarle algún partido práctico. Seguramente hemos oído algunas de estas frases y dudamos si eran ciertas, banales o tenían algún sentido real.
“Los vinos son para beberse”, esta frase quizás puede tener sentido para los vinos jóvenes sin madera. Diría que en términos generales es cierto, pero no podemos aplicar esta frase a todos los vinos, porque hay muchos criados en barricas y por los índices de sus componentes estructurales, les hacen necesario estar un tiempo en botella en reducción y envejeciendo. De esta forma conseguimos que redondeen sus cualidades organolépticas a mejor.
“Los vinos son para guardar”, ya hemos adelantado mucho en dar respuesta a esta frase con la anterior, pero sí, hay vinos que les vienen bien guardarlos un poco, para disfrutar de ellos más plenamente. Pero ya sabemos, no todos los vinos mejoran en botella pasado un tiempo. Buscaremos vinos que merezcan la pena guardarlos, y quizás porque no sólo tenga las actitudes para ello (Alcohol, acidez, color, variedad aromática etc..), sino porque busquemos que se integren mejor su alcohol o madera con el todo.
“Tengo un Vega Sicilia del 70, de ese ya no hay, cuando quieras lo abrimos”, echémonos a temblar, un vino no se hace mejor con el paso del tiempo infinito. El vino es un ser vivo que nace, crece, madura y envejece hasta su muerte.
Disfrutemos de nuestros vinos más deseados en su época de madurez que es la época más alta y estable de la curva organoléptica del vino.
“Yo no entiendo de vino, pero sé lo que me gusta”, puede ser una frase profunda, pero normalmente esconde una falsa modestia o miedo para opinar. Es cierto, independiente que un vino te guste más o menos todos tienen unas cualidades que técnicamente lo hacen mejor o peor que a otro.
“El mejor blanco un buen tinto”, siempre he odiado esta frase. Creo que cada vino tiene su momento para tomar y todos aportan algo fresco que los hacen únicos e ideales para cada situación. Un blanco es un blanco y un tinto es un tinto, son diferentes.
“Me pones un champagne que no sea catalán”, champagne es champagne elaborado en Fráncica. Cava es nuestro espumoso y no todos son catalanes, aunque tengo que reconocer, que los mejores son todos catalanes, aunque hay muy buenos espumosos en otras zonas españolas. Champagne y cava no son iguales, aunque comparten mucho de sus características, los diferencian la zona de producción y el coupage de uva principalmente, sin entrar en profundidades.
“El blanco solo para el pescado y para la carne solo el tinto”, muchas veces nos han dicho esta frase, pero desde el nacimiento de la nueva enología esta frase no la podemos aplicar de forma genérica, pues nos encontramos blancos muy corpulentos, intensos, amplios y rotundos que maridan estupendamente con carnes. Pero por otro lado nos encontramos vinos tintos, jóvenes, suaves y ligeros que acompañan también a buenos pescados. Cada vino tiene su maridaje y no lo hagas de forma genérica, te equivocarás.
“El mejor vino no es necesariamente el más caro”, creo que cada vino hay que valorarlo según se paga. Debo decir que quizás pagar por un vino más de 60€ no esté del todo justificado, pero haberlos los hay. El precio del vino no es sólo una cuestión de costes de elaboración, llega a ser una obra de arte en el que hay que valorar muchas más cosas.
“El que un buen vino bebe, a beberlo vuelve”, he dejado esta frase para el final por que no pasa a ser más allá que una buena recomendación, Si bebes, bebe bueno, porque su disfrute se nota en demasía, no dejes de beber buen vino, porque malos vinos también existen.
Éstas sólo son algunas de las miles de frases que podríamos encontrar, pero espero que te haya servido para aprender que el vino es multifactorial y todo depende de cada vino. No generalicemos, cada vino por sí solo es muy rico en matices.