Es bueno saber cómo va la evolución del mercado del vino o hacia dónde se dirige el consumo actual, para ver si las nuevas tendencias van con nosotros.
Estas las podemos resumir, como se reflejó durante la conferencia organizada por la Wine Marken Concuncil, en los siguientes puntos:
Baja el consumo general del vino, y los más jóvenes no terminan por decidirse por esta bebida más que sana. En esta estadística a la baja, es cierto que aumenta el consumo del vino de calidad y se apuesta más por ella que por el volumen.
Los momentos del consumo del vino también están cambiando, pasando de un consumo para acompañamiento de las comidas, a hacerlo porque nos ayuda a relajarnos y sentirnos más desenfadados.
Su consumo se sigue centrando más en restaurantes y para comidas o cenas formales.
Los varones siguen consumiendo más vino que las mujeres, aunque cabe resaltar la entrada de la mujer de forma independiente y dejándose llevar por sus gustos personales.
La venta del vino por internet sigue subiendo y especialmente usando dispositivos móviles.
El consumo de vinos entre los más jóvenes surge de forma espontánea, menos ceremonial. Los consumidores de las nuevas generaciones se decantan por lo que el sabor del vino les aporta, no atendiendo a los tabúes de complejidad que esconde la cultura del mundo del vino. De hecho, en la actualidad los mayores consumidores de vino rondan entre los 35 años y 55 años.
Las zonas que más vino consumen y en las que más se invierte siguen siendo Cataluña, seguida de las Baleares y el País Vasco.
Los gustos se inclinan por los vinos de crianza de bonito e intenso color, se prefieren tintos, aunque el vino blanco cada vez coge más importancia con respecto a los bajos consumos históricos. Los espumosos, rosados y dulces se sitúan muy atrás de esta tendencia, aunque el consumo del cava bate récords en España este año.
Los consumidores están más dispuestos a explorar nuevas marcas de orígenes diversos huyendo de las grandes firmas populares, inclinándose por vinos con bajo contenido de alcohol y más ligeros. También es notable que los vinos de guarda, principalmente de la uva tempranillo, sigan ganando en la tendencia del consumo en general.
En resumen, parece obvio que la industria vitivinícola debe de adaptarse a la evolución de los gustos del consumidor más joven.